G. K. Beale, Revelation: A Shorter Commentary (Eerdmans, 2015), pp. 197-198.
Sobre la seriedad del engaño. Estos versículos presentan un cuadro de criaturas feroces que representan a espíritus demoniacos que traen tormento a los no creyentes. Un examen cuidadoso de este cuadro muestra que la manera real en que estas criaturas confrontan a la gente es a menudo mediante falsos maestros (dentro y fuera de la iglesia), que promueven la adoración de cualquier cosa excepto del Dios verdadero. ¿Sería posible que por tener una interpretación literalista de Apocalipsis, en virtud de la cual esperamos ser confrontados por caballos sobrenaturales con colas de serpientes o por alguna fuerza militar letal moderna, estemos perdiéndonos de la realidad espiritual muy presente de estos seres en medio de nosotros? ¿Qué tan seriamente tomamos la amenaza de la falsa enseñanza? ¿La vemos como un mero, aunque desagradable, fenómeno humano, o como algo impulsado por espíritus demoniacos? ¿Cómo respondemos a tales amenazas? ¿Acudimos sin desviación a la Palabra de Dios para protección, puesto que es la única fuente de verdad contra tales amenazas? En otro lugar Juan dice, “sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno” (1ª Juan 2:14); esto significa (en el contexto), que la fuerza para vencer las falsas enseñanzas del diablo proviene solamente de “la palabra de Dios.”
Sobre la naturaleza de la idolatría. Estos versículos presentan un cuadro de la idolatría mayormente en línea con el del Antiguo Testamento: la adoración de ídolos de oro, plata y otros materiales. El contexto más amplio de Apocalipsis, que habla de la destrucción de todas las cosas creadas, muestra que estos materiales humanos representan cualquier cosa que no es Dios, es decir, la adoración de las criaturas en lugar del Creador [Romanos 1:25]. ¿Qué modalidades de idolatría existen en nuestra sociedad? El oro no es malo en sí mismo, pero lo es si es adorado. ¿Y qué tal los deportes, las carreras profesionales, las actividades recreativas, o la adquisición de dinero y posesiones materiales? ¿Y qué de cosas claramente malas como la pornografía? ¿Qué tan extensiva es la idolatría en nuestra experiencia? ¿No será que parte del engaño es que hemos restringido la “idolatría” a la adoración de ídolos literales? Cualquier cosa con la que estemos más comprometidos que con Dios es un ídolo, incluyendo el culto a nosotros mismos.
La nocividad de la idolatría. Juan conecta aquí la idolatría con homicidios, hechicerías, inmoralidad y robos [9:21]. Si la observación del Antiguo Testamento ha de ser tomada seriamente, los idólatras se vuelven tan ciegos y mudos como lo que adoran [ver Salmo 115:4-8; 135:15-18; Isaías 44:9; Ezequiel 12:2].* Entonces quedan anestesiados, en palabras del comentario, a todo lo que es bueno y a todo lo que es de Dios, a la vez que caen más y más profundamente en las garras de las fuerzas de las tinieblas, como Juan lo retrata tan vívidamente. ¿Es así como la idolatría conduce a estas espantosas formas de pecado y rebelión? ¿Cómo ha usado Satanás la idolatría para conducir a la gente más y más a las tinieblas? ¿Existe un punto más allá del cual es imposible el arrepentimiento? ¿Cómo podemos guardarnos contra si quiera comenzar con las prácticas idolátricas, puesto que sabemos a dónde conducen inevitablemente?
* Nota del traductor: Ver La “Ley de la racionalidad inversa” de Merold Westphal.
Gregory K. Beale es el titular de la Cátedra J. Gresham Machen de Nuevo Testamento y Profesor de Nuevo Testamento y Teología Bíblica en Westminster Theological Seminary (Filadelfia, EUA) y ministro de la Orthodox Presbyterian Church (EUA). Fue educado en Southern Methodist Univeristy, Dallas Theological Seminary y en la Universidad de Cambridge (doctorado). Fue profesor del Departamento de Filosofía y Religión de Grove City College (Pennsylvania), de Nuevo Testamento en Gordon-Conwell Theological Seminary, y de Nuevo Testamento de la Escuela de Posgrado de Wheaton College. Es autor de varios libros sobre el uso del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento, Teología Bíblica y Nuevo Testamento, incluyendo el Comentario al Apocalipsis de la serie New International Greek Testament Commentary (Nuevo comentario internacional del texto griego del [Nuevo] Testamento). En español está disponible su libro Una Teología Bíblica del Nuevo Testamento: El Desarrollo del Antiguo Testamento en el Nuevo.
Traducción: Alejandro Moreno Morrison.
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Ver también: Las raíces del pecado sexual; La fe de los estatistas; La perspectiva histórico-redentora idealista del Apocalipsis; Naturaleza del libro de Apocalipsis; Introducción al Apocalipsis, 1ª parte (audio); Introducción al Apocalipsis, 4ª parte (audio); Introducción al Apocalipsis, 5ª parte (audio); El 2º mandamiento prohíbe las imágenes (aunque sean sólo para fines didácticos o de ornamento) — “Catecismo de Heidelberg” y comentario de Ursino; Dos sermones sobre Éxodo 32:1-33:6, episodio del becerro de oro (audios); Pretender adorar a Dios en cualquier forma no prescrita por Él es superstición e idolatría; Calvino: El segundo mandamiento prohibe las invenciones humanas en el culto al Dios verdadero; La luz de la naturaleza es insuficiente para prescribir la manera aceptable de adorar al Señor; Contraste entre los linajes de Caín (simiente de la serpiente) y de Set (simiente de la mujer); Sermón temático: Soli Deo gloria (audio); Conferencia: ¿De quién es la imagen? El mensaje de la respuesta del Señor Jesús a la pregunta sobre el tributo romano (video); Para entender el Apocalipsis, conferencia en dos partes (audios); La enseñanza bíblica sobre la adoración pública del Dios verdadero (video-conferencia – bilingual video-lecture); Pascal: Cuando veo la ceguera y miseria del hombre…; Pascal: Descubir lo verdadero y lo bueno no está dentro de nosotros; Aborto: La esclavitud de nuestra generación; La música en la Iglesia occidental a principios del S. XVI; Hay suficiente luz para quienes desean creer en Cristo y suficiente oscuridad para quienes no; Paralelismo o recapitulación en las visiones apocalípticas de Daniel (gráfico); Cómputo de los 70 septenos (“sietes” o “semanas”) de la profecía de Daniel 9:20-27; La profecía de las setenta “semanas” (Daniel 9:20-27).