Sobre las raíces liberales, catolicorromanas y marxistas de la Teología de la Liberación

Valentín González-B, en el Prólogo al libro de Samuel Vila, ¿Se renueva la Iglesia Católico-Romana? Una Reflexión bíblica e histórica sobre las comunidades de base descritas por Leonardo Boff (Barcelona: CLIE, 1987), pp. 9-16.

La génesis y posterior desarrollode la Teología (o de las teologías, si se prefiere) de liberación, hunde sus raíces en un largo y gestacional proceso que se inició, de alguna manera, con las teologías europeas liberales, tanto católicas como protestantes, de principios y mediados de siglo [S. XX]… Un primer paso de aquella fase primigenia lo constituye el desarrollo de las teologías existencialistas de la postguerra, entre los cuales Bultmann y sus discípulos G. Ebeling y E. Fuchs, se sitúan a la cabeza. Posteriormente los críticos de la teología neo-ortodoxa de Karl Barth avanzan hacia una comprensión politizante de la teología, la cual ya a principios de la década de los sesenta [1960s] empieza a tener sus primeros ecos entre un grupo disperso de sacerdotes intelectuales de América Latina que habían tenido su formación en Europa…

Pero, además de las fuertes incidencias iniciales que tiene la teología liberal europea en la Teología de la Liberación (TL), la vertiente católica liberacionista prefiere ubicarse dentro de la apertura al diálogo y los cambios propiciados al amparo del Concilio Vaticano II y el aggiornamiento, o puesta al día en la realidad sociológica mundial que promueven los papas Juan XXIII y Pablo VI entre finales de los cincuenta y mediados de lso sesenta. Una piedra de toque fundamental para el impulso que necesitaba el florecimiento de esta nueva tendencia teológica… fue la Segunda Conferencia Episcopal Latinoamericana, celebrada en Medellín, Colombia, en 1968. Obviamente, para cuando tiene ocurrencia esta histórica reunión de obispos de toda la América Latina, pensadores católicos del continente, la mayoría de ellos sacerdotes, venían ya acentuando la necesidad de crear una teología latinoamericana que fuera consciente de la problemática sociopolítica de estos países. Sacerdotes de nacionalidades distintas, pero movidos por impulsos comunes, como Ernesto Cardenal, Dom Helder Cámara, Camilo Torres y Gustavo Gutiérrez entre otros, habían tomado una específica opción de combate ideológico con claros tintes marxistas. De esta manera, las discusiones y el foro interamericano que viene a ser la CELAM II, facilitó el lanzamiento con bombos y platillos de una nueva forma de pensar y sentir de algunos sectores jerarquizados de la Iglesia Romana. Ratificados a la luz del Concilio Vaticano II, los sacerdotes latinoamericanos de primera y segunda generación, «tomaron una opción preferencial por los pobres» en su manera de entender y asumir su compromiso religioso con América Latina.

A esas alturas, la naciente teología de la liberación no era ni mucho menos una teología sistemática, sino un pensamiento en formación, que agrupaba intereses y perspectivas muy distintas, desde aquellos que querían reflexionar a partir de los teólogos políticos europeos como Moltmann, y los más radicales que vieron el único camino factible en la lucha armada de las guerrillas. Poco a poco el camino empezó a despejarse con la aparición de texto más o menos fundacionales, y especialmente con el libro Teología de la liberación. Perspectivas, del sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez Merino, a quien la mayoría de los observadores o miembros de la TL consideran el padre del movimiento. El libro de Gutiérrez, publicado en 1971, sienta las bases para una bibliografía cada vez más grande y variada que desde entonces han producido los adeptos del movimiento, los que miran el asunto desde la barrera y aquellos que están convencidos que el camino tomado por la teología de la liberación, en sus consecuencias últimas, es un camino equivocado por terminar alejado del verdadero propósito y razón de ser de la Iglesia de Jesucristo.

…Es interesante también notar que algunos sectores de las llamadas Iglesias Evangélicas históricas (metodistas y presbiterianos, principalmente) comienzan a producir un pensamiento semejante, que alcanza una medida de unidad con la teología católica de la liberación, propiciada por el espíritu ecuménico del Concilio Vaticano II. En esencia, los teólogos protestantes latinoamericanos, particularmente José Míguez Bonino, Emilio Castro, Víctor Araya, Rubén Álves, Julio de Santa Ana, Richard Shaull y otros ligados con el movimiento de Iglesia y Sociedad en América Latina (ISAL), de decidida orientación marxista, coinciden con los puntos clave de la TL católica en la búsqueda de una conciencia y una misión política liberadora, no solamente para la Iglesia y el pueblo latinoamericano, sino en todo el mundo…

A diferencia del movimiento carismático -que los teólogos de la TL tienden a mirar con desprecio por considerarlo perpetuador de intereses de clase-… la teología de la liberación es un instrumento político, que aplica el análisis marxista de la historia y que rechazando el método tradicional de interpretación de la Biblia establece su propia hermenéutica, en la cual el hombre nuevo es creado no según la obra de Jesucristo en el calvario y la regeneración del Espíritu Santo, sino por la praxis política y revolucionaria.

Nos hallamos pues enfrentados a una nueva manera de hacer teología, ya no a la manera de los teólogos existencialistas y políticos europeos que condujeron a las últimas generaciones el escepticismo y el ateísmo, sino ante un pensamiento que quiere movilizar a los pobres del mundo a su liberación de la opresión económica y política, con un lenguaje teologizante y religioso, que pese a llamarse cristiano bien podría usar -y de hecho lo hace al amparo del ecumenismo organizado-, las creencias de tradiciones religiosas de los hindúes, budistas, musulmanes, etc, y llegar a las mismas conclusiones y objetivos…

Según lo que [Leonardo] Boff señala, el cristianismo es simplemente una postura religiosa más, a la par de las grandes religiones del mundo, las cuales en realidad, según su criterio y el criterio de otros teólogos de la TL, deberían unirse para instaurar lo que ellos identifican como el Reino de Dios. Por supuesto, tanto la historia como la Palabra de Dios rechazan este tipo de sincretismo simplista para lograr la justicia de Dios sobre la tierra, porque desconoce la verdadera naturaleza humana, la obra y el significado de la muerte de Cristo en la cruz y los propósitos de Dios para el universo, según la escatología fundamental.

El problema cuando nos acercamos al pensamiento liberacionista es que nos hallamos frente a otro Evangelio, que no predica el pecado personal como causa primera de los males de la humanidad, que reduce los planes de Dios a un esquema de redención social de la pobreza y que desconoce grandes verdades que han sostenido al pueblo de Dios en su larga peregrinación sobre la tierra.


Ver también: La Teología de la Liberación al servicio del marxismo-leninismo; La pobreza: Apuntes para una perspectiva bíblica (presentación en láminas); Proverbios sobre los factores éticos del bienestar económico personal; Factores no económicos de la pobreza; Cuando el gobernante se convierte en un ídolo; Calvino: Dios manda a los gobernantes castigar los delitos (Romanos 13:4); La fe de los estatistas; Apocalipsis 9:13-21 (La sexta trompeta): Sugerencias para reflexionar y aplicar a nuestras vidas; Introducción al Apocalipsis, 4ª parte (audio); Influencia del calvinismo y del puritanismo en el pensamiento político de las colonias británicas en el norte de América (siglos XVII y XVIII); Sermón expositivo de Hechos 1:8: El Reino del Mesías y la Gran Comisión (audio); Sermón expositivo de Hechos 1:9-11. Cumplimiento de la profecía de Daniel 7 en la ascensión del Señor (audio).; El significado de las parábolas de la semilla de mostaza y de la levadura; Sermón expositivo del Salmo 67 (audio).; Calvino: Libertad con orden es la mejor forma de gobierno; Calvino y la división de poderes y los controles y contrapesos en el gobierno.

La Teología de la Liberación al servicio del marxismo-leninismo

Ronald H. Nash, Poverty & Wealth: Why Socialism Doesn’t Work (Dallas: Probe, 1986), pp. 100-101.

Durante décadas, los marxistas-leninistas se opusieron a la versión humanista de Marx y su diálogo en progreso con cristianos simpatizantes del marxismo.  Con el advenimiento de la Teología de la Liberación, no obstante, y su creciente influencia en el llamado Tercer Mundo, Fidel Castro ha enseñado a sus contrapartes soviéticas cómo pueden usar el “marxismo cristiano.”[1]

Campesinos y obreros con fuertes convicciones religiosas han sido a menudo los más fuertes oponentes del comunismo.  Este ha sido el caso en dos de las dos naciones más catolicorromanas del mundo, Polonia y Nicaragua.  Pero gracias mayormente a Castro, los marxistas-leninistas de línea dura ahora ven un camino para desactivar la oposición religiosa al comunismo en países como Nicaragua.  La resistencia inicial de muchos obreros y campesinos contra el comunismo, basada en sus convicciones religiosas, puede ser debilitada enseñándoles que los valores de Marx eran realmente valores cristianos.  Lo que puede hacer la situación aún más prometedora es si los obreros y campesinos son enseñados la versión “cristiana” de Marx por sus propios sacerdotes y pastores.  Después de que mucho de la oposición al marxismo es erosionada, pueden hacerse esfuerzos para ganar a los nuevos conversos al marxismo a las perspectivas más radicales del marxismo-leninismo.  De esta manera, la Teología de la Liberación puede ser usada como anestesia mientras el cristianismo del paciente es extirpado.  La teología de la Liberación se convierte en el Caballo de Troya mediante el cual el marxismo-leninismo obtiene acceso a naciones que de otra manera lo hubieran rechazado con base en la religión.

…Por supuesto, una vez que el totalitarismo marxista-leninista obtiene el control de la nación, cualquier fingimiento de apoyo a la libertad y tolerancia religiosa pronto termina. 

Como lo señalan observadores de la situación de Nicaragua [en los 1980s], la cooperación entre cristianos y marxistas en ese país ha resultado en muchos cristianos que abandonan su fe religiosa y se convierten al marxismo ateo.[2]  Es interesante notar que en su libro Cristianos y marxistas, el auto-nombrado evangélico José Míguez Bonino muestra poco interés en invitar a los marxistas a convertirse al cristianismo.  Uno busca en vano a lo largo de sus “diálogos” con marxistas cualquier declaración del evangelio. 


[1] Ver Humberto Beli, Breaking Faith (Westchester: Crossway Books, 1985).  Para una perspectiva diferente del uso de Castro del cristianismo en el avance de sus metas marxistas, ver Time, diciembre 30, 1985, p. 71.  Aun Bonino comenta sobre la medida en la que la teología de la liberación puede ayudar a vencer la oposición religiosa al comunismo.  Ver Christians and Marxists, pp. 25, 26.

[2] Humberto Belli, Nicaragua: Christians Under Fire (Garden City: The Puebla Institute, 1984), pp. 84, 85.  El libro Breaking Faith de Belli es una versión ampliada de este libro.


Ver también: Los cristianos mexicanos y las elecciones federales de 2024; Sobre las raíces liberales y catolicorromanas de Teología de la Liberación; La pobreza: Apuntes para una perspectiva bíblica (presentación en láminas); Factores no económicos de la pobreza; La fe de los estatistas; Gobernantes buenos, malos y tiranos, y cómo debemos orar y actuar al respecto; Proverbios sobre los factores éticos del bienestar económico personal; Influencia del calvinismo y del puritanismo en el pensamiento político de las colonias británicas en el norte de América (siglos XVII y XVIII); Conferencia: ¿De quién es la imagen? El mensaje de la respuesta del Señor Jesús a la pregunta sobre el tributo romano (video); Apocalipsis 9:13-21 (La sexta trompeta): Sugerencias para reflexionar y aplicar a nuestras vidas; Introducción al Apocalipsis, 4ª parte (audio); Dios está airado con quienes no usan bien la luz del evangelio.

Ronald H. Nash (1936-2006), de nacionalidad estadounidense, fue un filósofo, teólogo cristiano, y pastor bautista reformado en la Convención Bautista del Sur, aunque también pastoreó iglesias presbiterianas.  Obtuvo su maestría en filosofía por Brown University y su doctorado en filosofía por Syracuse University, e hizo estudios postdoctorales en Stanford University.  Por 27 años fue Jefe del Departamento de Filosofía y Religión y Director de Estudios de Posgrado en Humanidades de la Western Kentucky University.  Posteriormente, de 1991 a 2002, fue profesor de filosofía y teología en Reformed Theological Seminary, Orlando, y de 1998 a 2005, fue professor de filosofía en Southern Baptist Theological Seminary, en Louisville, Kentucky.  De 1988-1991, fue asesor de la Comisión de Derechos Civiles de los Estados Unidos.  En 1991 y 1992 dictó dos series de conferencias en Moscú sobre diversos temas incluyendo la existencia de Dios y la economía de mercado.  Fue autor o editor de más de 30 libros de filosofía, apologética cristiana, economía política y análisis de diversos aspectos del evangelicalismo y la cultura estadounidense (ver listado de libros).

En ocasión de la muerte del Dr. Nash, Albert Mohler, presidente del Southern Baptist Theological Seminary, dijo:

En una era de acomodación teológica, el Dr. Ronald Nash sirvió como ejemplo de valentía cristiana, erudición cristiana, involucramiento intelectual cristiano, y del rol de un maestro cristiano. Sirvió a la Iglesia del Señor Jesucristo a lo largo de décadas de enseñanza y se invirtió a sí mismo en las vidas de miles de jóvenes ministros, misioneros y líderes cristianos. Más aún, a lo largo de sus años dando clases en Western Kentucky University, alcanzó a miles de estudiantes con un testimonio cristiano consistente y equipó a los creyentes para defender la fe y ser testigos más fieles de nuestro Señor Jesucristo.

Traducción: Alejandro Moreno Morrison.