El Reino de Dios a lo largo de la historia de la redención

Por Alejandro Moreno Morrison.

La sentencia que Dios emite como Juez del Universo en Génesis 3:15 incluye el decreto de destrucción de Su adversario (Satanás) junto con la simiente de éste, es decir, todos aquellos seres humanos en quienes Dios no ponga enemistad contra dicho adversario.  En el mismo acto de sentencia contra sus enemigos, Dios también revela Su soberana gracia salvífica para con la descendencia escogida de Eva, es decir, aquéllos en quienes Él pondrá enemistad contra la serpiente.  Por gracia, Dios determinó no destruir a toda la humanidad que lo había traicionado aliándose con Su adversario sino que habría de salvar a un remanente escogido por pura gracia (Efesios 1:5; Romanos 9:11; 11:5; 2 Tesalonisenses 2:13).   La elección de ese remanente para salvación y la consecuente preservación del planeta tierra (Romanos 8:19-21) tiene también como propósito que un ser humano descendiente de Eva reivindique el dominio material de Dios sobre la tierra que Satanás arrebató a Adán y ejecute la sentencia de muerte contra Satanás.

A Abraham y a Jacob Dios les promete que reyes saldrán de ellos (Génesis 17:6; 35:11).  Isaac bendice a Jacob y a su descendencia diciendo: “Sírvante pueblos; y naciones se inclinen a ti” (Génesis 27:29).  Jacob profetiza que la descendencia de su hijo Judá vencerá a sus enemigos, que el cetro no le será quitado, y que los pueblos le deberán obediencia (Génesis 49:8-12).  Por medio de Balaam, Dios anuncia al mundo que “se levantará centro de Israel” que destruirá a sus enemigos (Números 24:17-24).  Ana, madre del profeta Samuel que ungirá a David como rey, profetiza: “Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra, dará poder a su Rey, y exaltará el poderío de su Ungido” (1a Samuel 2:10).

Estas profecías sobre el Reino de Dios comienzan su cumplimiento con el reinado de David (1 Crónicas 28:5), de la tribu de Judá, y son confirmadas y ampliadas por el pacto que Dios hace con David y su descendencia (2 Samuel 7:8-29; 23:1-7; Salmo 132).  David mismo profetiza que su descendiente, en quien se cumplirán las promesas del Reino de Dios, es mayor que él (Salmo 110; cf. Mateo 22:43-45; Marcos 12:37; Lucas 20:41-44).  Los salmos y los libros proféticos reiteran la universalidad y perpetuidad del Reino de Dios mediante el gran Hijo de David, y cómo éste destruirá a sus enemigos y reinará sobre todas las familias de la tierra, en los postreros días, en “el día de Jehová” (ver La fusión del Reino de Dios y el reinado de la dinastía davídica en Salmos).

En su sermón el día de Pentecostés, Pedro apela al cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento en relación con el Señor Jesucristo, y muestra que el derramamiento del Espíritu Santo es una señal más de que Aquél a quien crucificaron es verdaderamente el Hijo de Dios, quien tras haber resucitado ascendió al cielo y se sentó en el trono de David a la diestra del Padre, desde donde ha enviado Su Espíritu a quienes son verdaderamente Su pueblo.  La venida del Espíritu Santo y sus efectos (la proclamación del evangelio a todas las familias de la tierra y su conversión, la obediencia a la fe, al evangelio –Romanos 1:5; 16:26) son señales de que “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de Su Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15).

* Nota editorial: Texto originalmente escrito para la portada del orden de culto del domingo 17 de agosto de 2014, de la Misión Reformada Presbiteriana en la Ciudad de México.  Editado el 21 de junio de 2020.  Sermón alusivo: Sermón expositivo de Hechos 2:22-37 (audio).

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Ver también: Dejen de decir que el amilenialismo es pesimista y el posmilenialismo optimista; La fusión del Reino de Dios y el reinado de la dinastía davídica en el libro de Salmos; Sermón temático: Sola gracia (audio); El papel del Señor Jesucristo en el libro de Apocalipsis; Contraste entre los linajes de Caín (simiente de la serpiente) y de Set (simiente de la mujer)Contexto bíblico (intertextual) de las lenguas extrañas; La perspectiva histórico-redentora idealista del Apocalipsis; Exaltación y entronización del Señor JesucristoElección del sustituto de Judas (Hechos 1:12-26)Elección del reemplazo de Judas (Hechos 1:15-26)La profecía de Noé (Gen. 9:25-27) y su cumplimiento en el Nuevo TestamentoSobre el pacto abrahámicoLa extensión del territorio del reino del Mesías (Salmo 72:8-11)El evangelio y las misionesEste mundo está lleno del poder redentor de DiosEl reino del Mesías y Su IglesiaLa proclamación del reino en los evangelios sinópticos (incluyendo el significado de las parábolas del reino en Mateo 13 y Marcos 4)Amplicación en el Nuevo Testamento de la noción judía del Reino de Dios y de Jerusalén como su sedeDos acercamientos al estudio de la Biblia: teología sistemática y teología bíblica (con análisis literario)La profecía de las setenta “semanas” (Daniel 9:20-27)Las dos preguntas de los discípulos respecto de la destrucción de Jerusalén (Mateo 24)Orígenes jesuitas y pentecostales del dispensacionalismoSerie de sermones de Hechos 1:1 al 2:41 (audios)Cómputo de los 70 septenos (“sietes” o “semanas”) de la profecía de Daniel 9:20-27Brevísima introducción a la teología bíblica del evangelismo y las misiones (audio)Sermón expositivo del Salmo 67 (audio)Salmo 67 (para canto congregacional)

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Alejandro Moreno Morrison, de nacionalidad mexicana, es un abogado y teólogo reformado. Fue educado en la Escuela Libre de Derecho (México), el Reformed Theological Seminary Orlando, y la Universidad de Oxford.  En el Reformed Theological Seminary Orlando fue asistente del Rev. Dr. Richard L. Pratt, y del Rev. Dr. Ronald H. Nash.  Ha ministrado como maestro de doctrina cristiana y Biblia y como predicador en diversas iglesias y misiones de denominaciones como la Iglesia Presbiteriana Reformada de México, la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, la Iglesia Nacional Presbiteriana Conservadora de México, la Presbyterian Church of America, la Presbyterian Church of Ireland, y la Reformed Presbyterian Church North America Synod.  Con esta último estuvo a cargo de una misión durante 2014.  También ha sido profesor invitado de Teología Sistemática, Ética, Evangelismo, y Apologética en el Seminario Teológico Reformado de la Iglesia Presbiteriana Reformada de México, y de Sistemas Políticos Contemporáneos en la Facultad de Derecho de la UNAM (México).  Desde 2010 es profesor adjunto de Filosofía del Derecho en la Escuela Libre de Derecho.