Sermón: Lenguas extrañas como señal del juicio de Dios, antecedente antiguo-testamentario del pentecostés (audio)

Por Alejandro Moreno Morrison.

Domingo 22 de junio de 2014.

Enlace al archivo de audio: Sermón: Lenguas extrañas como juicio de Dios (AMM, Jun. 22, 2014).

Lecturas del culto:

  • Antiguo Testamento: Isaías 28:7-13
  • Evangelio: Mateo 23:29-39
  • Nuevo Testamento: Hechos 2:5-13

Texto publicado en la portada del orden de culto: Contexto bíblico (intertextual) de las lenguas extrañas.

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Ver también: El valle de los huesos secos (Ezequiel 37:1-14); La extensión del territorio del reino del Mesías (Salmo 72:8-11); Este mundo está lleno del poder redentor de DiosAmplicación en el Nuevo Testamento de la noción judía del Reino de Dios y de Jerusalén como su sedeDos acercamientos al estudio de la Biblia: teología sistemática y teología bíblica (con análisis literario)La profecía de las setenta “semanas” (Daniel 9:20-27)Las dos preguntas de los discípulos respecto de la destrucción de Jerusalén (Mateo 24)Jerusalén: Lugar del fin de la antigua eraSermón expositivo de Hechos 1:1-3 (audio)Sermón expositivo de Hechos 1:4-5 (audio)Sobre el “bautismo en Espíritu Santo y fuego”(Lucas 3:16)Sermón expositivo de Hechos 1:6-7 (audio)Sermón expositivo de Hechos 1:8 (audio)Sermón expositivo de Hechos 1:9-11 (audio)Sermón expositivo de Hechos 1:12-26 (audio)Sermón temático: El antiguo pacto y el nuevo pactoSermón expositivo de Hechos 2:1-4 (audio)Sermón: El pacto de obras o de creación de Génesis 2:4-3:24 (audio)Sermón: El pacto con Noé, Génesis 9 (audio)Sermón: El pacto abrahámico, Génesis 15 (audio).

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Alejandro Moreno Morrison, de nacionalidad mexicana, es un abogado y teólogo reformado. Fue educado en la Escuela Libre de Derecho (México), el Reformed Theological Seminary Orlando, y la Universidad de Oxford.  En el Reformed Theological Seminary Orlando fue asistente del Rev. Dr. Richard L. Pratt, y del Rev. Dr. Ronald H. Nash.  Ha ministrado como maestro de doctrina cristiana y Biblia y como predicador en diversas iglesias y misiones de denominaciones como la Iglesia Presbiteriana Reformada de México, la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, la Iglesia Nacional Presbiteriana Conservadora de México, la Presbyterian Church in America, la Presbyterian Church of Ireland, y la Reformed Presbyterian Church North America Synod.  Con esta último estuvo a cargo de una misión durante 2014.  También ha sido profesor invitado de Teología Sistemática, Ética, Evangelismo, y Apologética en el Seminario Teológico Reformado de la Iglesia Presbiteriana Reformada de México, y de Sistemas Políticos Contemporáneos en la Facultad de Derecho de la UNAM (México).  Desde 2010 es profesor adjunto de Filosofía del Derecho en la Escuela Libre de Derecho.

La espiritualidad de la verdadera adoración en el Nuevo Testamento

Iain H. Murray, «The Directory for Public Worship,» en John L. Carson & David W. Hall, eds., To Glorify and Enjoy God.  A Commemoration of the Westminster Assembly (Carlisle: Banner of Truth, 1994), pp. 182-183.

La adoración de donde las iglesias reformadas comenzaron a emerger en el tiempo de la Reforma era una adoración que ponía mucho énfasis en lo físico y externo.  Los requisitos de la iglesia eran satisfechos si las personas iban a los edificios consagrados para tener ceremonias, para escuchar música y para participar de los sacramentos.  Cuanto más bellas las vestimentas, las iglesias, y la música,* se tenía por más maravillosa la adoración.[1]  La adoración a la que el Directorio [para la adoración pública de Dios, preparado por la Asamblea de Westminster] apunta no es meramente una modificación de esa visión; es una reversión total de ella.  Vestimentas, música, edificios, todo ello desaparece.  Ni siquiera son mencionados.  La gloria de la verdadera adoración, afirma, consiste en gozar de la presencia de Dios.  La adoración medieval se había vuelto a lo material, lo visual y lo simbólico, porque había perdido la verdad de que los creyentes ahora tenemos “libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo” (Heb. 10:19).  “Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre” (Efe. 2:18).  Es, dice John Flavel, «cuando el Señor derrama su Espíritu con la Palabra,” que “la voz de Cristo es escuchada con efecto; las ordenanzas impregnadas con eficacia convincente y de conversión.”[2]

Los puritanos entendían, por supuesto, que este privilegio no estaba en manera alguna limitado a las reuniones colectivas—la adoración no depende ni de sacerdote ni de santuario.  Creían que las más ricas bendiciones son generalmente comunicadas a los creyentes en tanto se reúnen en observancia de los medios de gracia que Cristo ha instruído:

De manera que la presencia de Dios, la cual, gozada en privado, no es sino un arroyo, en público se vuleve un río que alegra a la ciudad de Dios.[3]

Los afectos están más vivos, los espíritus son más elevados en público que en privado; Dios honrará sus propias ordenanzas.[4]

Este principio de la adoración en el Espíritu abre una gran campo para la discusión.  No obstante, el punto que quiero enfatizar es el que a menudo es hecho en las discusiones contemporáneas sobre el llamado a hacer cambios en el culto.  “Participación” es una gran palabra.  Se dice que las personas deberían dejar de ser observadores pasivos y meros escuchas en los servicios; necesitan ser “participantes.”  Es un buen punto y los puritanos estarían enteramente de acuerdo.  Empero hay una diferencia fundamental entre lo que significaba para ellos y lo que significa para los voceros modernos.  El llamado contemporáneo a la participación corre el peligro real de regresar a lo externo, lo físico, y lo visual.  Para los puritanos, lo que hace verdadera la participación es la influencia del Espíritu Santo, el único que puede unir corazones y ayudar a la congregación a ofrecer “oración y súplica en el Espíritu” (Efe. 6:18).  Es cuando hay un despertar unido de las gracias interiores de la fe y la reverencia, del amor y la adoración, que hay verdadera participación en el culto público.  Nuestra presencia corporal y acciones en un servicio no son en sí mismas nada; puede ser que hasta aumenten nuestra condenación como sucedió con los judíos incrédulos.[5]  Debemos estar “fervientes en espíritu,” o “silbando de calor,” para usar una frase puritana.  “El reino de Dios,” dice el apóstol, no está en nada externo sino en “justicia, paz, y gozo en el Espíritu Santo” (Rom. 14:17).

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* Nota editorial: Ver, por ejemplo: La música en la Iglesia occidental en tiempos previos a la Reforma.

[1] J. C. Ryle dice acerca “la adoración probada por la Iglesia de Roma por siglos antes de la Reforma”: “Llenó la tierra con superstición, ignorancia, formalismo, e inmortalidad.  No consoló a nadie, no elevó a nadie, no asistió a nadie hacia el cielo.” Knots United (London, 1896), p. 355.

[2] Works of John Flavel (London, 1824; Banner of Truth reprint, 1968), vol. 4, p. 184.

[3] David Clarkson, Practical Works (Edinburgh, 1865; Banner of Truth reprint, 1988), vol. 3, p. 190.

[4] Complete Works of Stephen Charnock (Edinburgh: James Nichol, 1864), vol. 1, p. 297.

[5] “Millares,” escribe Ryle, “pasan regularmente sus domingos en una adoración que es en extremo inútil . . .  Pues cualquier bien que obtienen de ella, es como si se quedaran sentados en casa.”  Knots United, p. 344.  “La perversidad inherente de la naturaleza humana es tal que nuestras mentes están demasiado prestas para dale la espalda a las cosas espirituales hacia la cosas visibles.”  Ibid., p. 353.  Sobre este último asunto ver John Owen, “The Nature and Beauty of Gospel Worship,” Works, vol. 9, pp. 53-84.

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Traducción: Alejandro Moreno Morrison.

El Rev. Iain H. Murray fue asistente del Dr. D. Martyn Lloyd-Jones en Westminster Chapel en Londres, y posteriormente pastoreó iglesias en Inglaterra y Australia.  Es co-fundador y Director Editorial de The Banner of Truth Trust y autor de varios libros y artículos sobre historia de la Reforma, y sobre la teología y práctica Reformadas.

Ver también: Calvino sobre el principio que regula la verdadera adoración a Dios; Instrumento de alabanza: La dulce música de los salmos a capela; El culto de la sinagoga fue el modelo del culto de la Iglesia apostólicaOración por toda la Iglesia de Cristo (usada por la congregación angloparlante en Ginebra, en tiempos de Calvino y Knox)Las oraciones públicas, colectivas, comúnes, o litúrgicas en la práctica reformadaJuan Calvino acerca de las oraciones públicas, litúrgicas (o al unísono) de la Iglesia en el culto públicoLa observancia del cuarto mandamiento en el Nuevo Testamento (video-conferencia)La enseñanza bíblica sobre la adoración pública del Dios verdadero (video-conferencia)Sobre la liturgia ginebrina de Juan Calvino para la celebración de la Cena del SeñorSermón expositivo de Hechos 2:1-4 (audio); Puritanismo como un movimiento de avivamiento, 1 (a)¿Cómo eran los puritanos originales?Presbiterianismo en la primera reforma en Inglaterra; La luz de la naturaleza es insuficiente para prescribir el culto (texto en imagen JPG)Dos sermones sobre Éxodo 32:1-33:6, episodio del becerro de oro (audios)La música en la Iglesia occidental en tiempos previos a la ReformaSamuel Rutherford (1600-1661) erudito, pastor, teólogo, pactante y comisionado escocés a la Asamblea de WestminsterSermón expositivo de Éxodo Caps. 35-39, 1ª parte (audio)El 2º mandamiento prohibe las imágenes (aunque sean sólo para fines didácticos y de ornamento) — “Catecismo de Heidelberg” y comentario de UrsinoSermón temático: Soli Deo gloria (audio)Pretender adorar a Dios en cualquier forma no prescrita por Él es superstición e idolatría; Dios está airado con quienes no usan bien la luz del evangelio; De los sacramentos de la Iglesia cristiana.

¿Cómo eran los puritanos originales?

Leland Ryken, Worldly Saints: The Puritans as They Really Were (Grand Rapids: Zondervan, 1986), pp. 1-2.

“El puritanismo es el miedo perturbador de que alguien, en algún lado, esté feliz.”  Eso dijo un detractor moderno de los puritanos.[1]

Pero un contemporáneo de William Tyndale, a menudo considerado el primer puritano, dio exactamente la evaluación opuesta.  Tomás Moro, el gran católicorromano, encontraba la religión protestante de Tyndale excesivamente indulgente.  Describía a sus adherentes como gente que “no amaban el ayuno de vigilia” sino que “comen rápido y beben rápido y lujurian rápido en su libinidad.”[2]  Su teología, según Moro, erraba en la dirección de hacer la vida cristiana demasiado fácil: “Yo por mi parte podría estar muy contento de que el pecado y el sufrimiento y todo se fueran tan pronto como Tyndale nos dice; pero me disgusta que nos engañe.”[3]

El puritanismo, nos dicen hoy, “daña el alma humana, la vuelve dura y triste, la priva de la luz del sol y de la felicidad.”[4]  Esta acusación hubiera sido una sorpresa para el cuáquero George Fox, un contemporáneo de los puritanos que despreciaba sus “listones y encajes y ropas costosas,” y “sus deportes y fiestas.”[5]

Pero cuando autoridades como C. S. Lewis, Christopher Hill, y A. G. Dickens dicen cosas tales como las siguientes, nos redituará mantener una mente abierta a la posibilidad de que hayamos sido seriamente engañados respecto de los puritanos:

Debemos imaginarnos a estos puritanos como el extremo opuesto de aquéllos que llevan este nombre hoy en día.[6]

Muy pocos de los llamados “puritanos” eran puritánicos en el sentido decimonónico de la palabra, obsesionados con el sexo y opuestos a la diversión: el “puritanismo” de este tipo fue en gran medida una creación posterior a la restauración.[7]

Cuando uno piensa acerca del puritanismo uno debe comenzar por deshacerse del término coloquial “puritanismo” como se aplica a la hipocresía religiosa victoriana.  Esto no aplica al puritanismo del S. XVII.[8]

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[1] H. L. Mencken, citado en Ralph Barton Perry, Puritanism and Democracy (New York: Vanguard, 1944), p. 239.

[2] Citado por C. S. Lewis, “Donne and Love Poetry in the Seventeenth Century,” en Seventeenth Century Studies Presented to Sir Herbert Grierson (Oxford: Oxford University Press, 1938), p. 74.  Aunque el término puritano no estaba todavía en uso en tiempos de Moro, es común para los historiadores considerar a Tyndale como el fundador de lo que más tarde llegó a conocerse como puritanismo.  William A. Clebsch, England’s Earliest Protestants, 1520-1535 (New Haven: Yale University Press, 1964), escribe, Tyndale fundó el puritanismo inglés como el sistema teológico, religioso, y moral que inequívocamente consideraba a la escritura como la ley de Dios para todo hombre.”

[3] Lewis, “Donne and Love Poetry,” p. 75.

[4] Langdon Mitchell, as quoted in Perry, p. 240.

[5] Journal (London: J. M. Dent and Sons, 1924), p. 151.

[6] C. S. Lewis, Studies in Medieval and Renaissance Literature (Cambridge: Cambridge University Press, 1966), p. 121.

[7] Christopher Hill, The Intellecutal Origins of the English Revolution (Oxford: Oxford University Press, 1965), p. 293.  Nota del traductor: La restauración a la que se refiere es la de la monarquía en Inglaterra, Irlanda, y Escocia en 1660, con el ascenso de Carlos II (hijo de Carlos I, de la dinastía Estuardo), tras la Guerra Civil y la República bajo el gobierno de Oliver Cromwell.

[8] A. G. Dickens, “The Ambivalent English Reformation,” en Background to the English Renaissance, ed. J. B. Trapp (London: Gray-Mills, 1974), p. 74.

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Ver también: Puritanismo como un movimiento de avivamiento, 1 (a)La doctrina de luz de la naturaleza en el libro “La ley divina para el gobierno eclesiástico”Anthony Burgess sobre la ley natural (Romanos 2:14-15)Calvino sobre la ley natural y contra el teonomismoPresbiterianismo en la primera reforma en InglaterraBrevísima nota biográfica sobre Jonathan EdwardsSobre la visión puritana del día domingoVestíos del Señor Jesucristo (Romanos 13:14)Vistámonos con la armadura de luz (Romanos 13:12)La música en la Iglesia occidental en tiempos previos a la ReformaInfluencia del calvinismo y del puritanismo en el pensamiento político de las colonias británicas en el norte de América (siglos XVII y XVIII)Los puritanos del S. XVII y las ciencias, la cultura, y la educaciónSamuel Rutherford (1600-1661) erudito, pastor, teólogo, pactante y comisionado escocés a la Asamblea de Westminster.

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Traducción: Alejandro Moreno Morrison.

El Dr. Leland Ryken, de nacionalidad estadounidense, es Profesor de Letras Inlgesas en Wheaton College, y es autor de numerosos libros.

Sermón de Génesis 15: El pacto abrahámico (audio)

Por Alejandro Moreno Morrison.

Domingo 25 de mayo de 2014.

Enlace al archivo de audio: Sermón: El pacto con Abraham, Génesis 15 (AMM, May 25, 2014).

Lecturas del culto:

Textos en la portada del orden de culto: Sobre el pacto abrahámico y Pablo sobre la justificación de Abraham en Génesis 15 (Romanos 4).

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Ver también: Serie de sermones de Hechos 1:1 al 2:41 (audios)Dos acercamientos al estudio de la Biblia: teología sistemática y teología bíblica (con análisis literario)Ganancias y pérdidas (Filipenses 3:7-9)El Reino de Dios a lo largo de la historia de la redenciónLa profecía de Noé (Gen. 9:25-27) y su cumplimiento en el Nuevo TestamentoContraste entre los linajes de Caín (simiente de la serpiente) y de Set (simiente de la mujer)Sermón temático: Sola gracia (audio)Brevísima introducción a la teología bíblica del evangelismo y las misiones (audio)Sermón expositivo del Salmo 67 (audio)Tipología en el libro de RutLa correcta interpretación de Romanos 10:9-10 (monergismo vs. sinergismo)Sermón expositivo de Éxodo 34. La ley como señal de la gracia y la elección de Dios (audio).

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Alejandro Moreno Morrison, de nacionalidad mexicana, es un abogado y teólogo reformado. Fue educado en la Escuela Libre de Derecho (México), el Reformed Theological Seminary Orlando, y la Universidad de Oxford.  En el Reformed Theological Seminary Orlando fue asistente del Rev. Dr. Richard L. Pratt, y del Rev. Dr. Ronald H. Nash.  Ha ministrado como maestro de doctrina cristiana y Biblia y como predicador en diversas iglesias y misiones de denominaciones como la Iglesia Presbiteriana Reformada de México, la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, la Iglesia Nacional Presbiteriana Conservadora de México, la Presbyterian Church of America, la Presbyterian Church of Ireland, y la Reformed Presbyterian Church North America Synod.  Con esta último estuvo a cargo de una misión durante 2014.  También ha sido profesor invitado de Teología Sistemática, Ética, Evangelismo, y Apologética en el Seminario Teológico Reformado de la Iglesia Presbiteriana Reformada de México, y de Sistemas Políticos Contemporáneos en la Facultad de Derecho de la UNAM (México).  Desde 2010 es profesor adjunto de Filosofía del Derecho en la Escuela Libre de Derecho.

Sermón: El pacto con Noé, Génesis 9 (audio)

Por Alejandro Moreno Morrison.

Domingo 18 de mayo de 2014.

Enlace al archivo de audio: Sermón: El pacto con Noé, Génesis 9 (AMM, May. 18, 2014).

Lecturas del culto:

  • Antiguo Testamento: Génesis 9
  • Evangelio: Mateo 28:10-20
  • Nuevo Testamento: Apocalipsis 7:9-17

Texto en la portada del orden de culto: La profecía de Noé (Gen. 9:25-27) y su cumplimiento en el Nuevo Testamento.

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Ver también:   Contraste entre los linajes de Caín (simiente de la serpiente) y de Set (simiente de la mujer)Dos acercamientos al estudio de la Biblia: teología sistemática y teología bíblica (con análisis literario)Serie de sermones de Hechos 1:1 al 2:41 (audios)La extensión del territorio del reino del Mesías (Salmo 72:8-11)El Reino de Dios a lo largo de la historia de la redenciónSermón: El pacto de obras o de creación de Génesis 2:4-3:24 (audio)Sermón expositivo de Ezequiel 47:1-12, antecedentes AT del Pentecostés (audio).

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Alejandro Moreno Morrison, de nacionalidad mexicana, es un abogado y teólogo reformado. Fue educado en la Escuela Libre de Derecho (México), el Reformed Theological Seminary Orlando, y la Universidad de Oxford.  En el Reformed Theological Seminary Orlando fue asistente del Rev. Dr. Richard L. Pratt, y del Rev. Dr. Ronald H. Nash.  Ha ministrado como maestro de doctrina cristiana y Biblia y como predicador en diversas iglesias y misiones de denominaciones como la Iglesia Presbiteriana Reformada de México, la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, la Iglesia Nacional Presbiteriana Conservadora de México, la Presbyterian Church in America, la Presbyterian Church of Ireland, y la Reformed Presbyterian Church North America Synod.  Con esta última estuvo a cargo de una misión durante 2014.  También ha sido profesor invitado de Teología Sistemática, Ética, Evangelismo, y Apologética en el Seminario Teológico Reformado de la Iglesia Presbiteriana Reformada de México, y de Sistemas Políticos Contemporáneos en la Facultad de Derecho de la UNAM (México).  Desde 2010 es profesor adjunto de Filosofía del Derecho en la Escuela Libre de Derecho.

Puritanismo como un movimiento de avivamiento, 1 (a)

 J. I. Packer, A Quest for Godliness. The Puritan Vision of the Christian Life (Wheaton: Crossway, 1991), pp. 35-36 (Cap. III, apartado 1, primera parte).

Comienzo ofreciendo definiciones, primero del puritanismo y luego del avivamiento,* como fundamento para lo que tengo que decir.

Puritanismo lo defino como el movimiento en la Inglaterra de los siglos XVI y XVII que buscó una reforma y renovación de la Iglesia Anglicana más allá de lo que el arreglo isabelino permitió.[**]  ‘Puritano’ era por sí solo un término impreciso de abuso despreciativo que entre 1564 y 1642 (estas fechas exactas son dadas por Thomas Fuller y Richard Baxter[1]) se aplicaba a al menos cinco grupos de personas que se traslapaban entre sí—primero, al clero que tenía escrúpulos sobre algunas de las ceremonias y fraseos del Libro de oraciones; segundo, a los proponentes del sistema presbiteriano de reforma proyectado por Thomas Cartwright y la Amonestación al parlamento de 1572; tercero, al clero y laicado, no necesariamente no-conformista,[***] que practicaban una piedad calvinista seria; cuarto, a los “calvinistas rígidos”[2] que aplaudieron al Sínodo de Dort, y que eran llamados puritanos doctrinales por otros anglicanos que no lo hicieron; quinto, a miembros del parlamento, jueces de paz, y otros miembros de la alta burguesía que mostraban respeto público por las cosas de Dios, las leyes de Inglaterra y los derechos de los súbditos.[3]  El Prof. y la Sra. George han argumentado que la palabra ‘puritano’ ‘es la “x” de una ecuación cultural y social: no tiene significado más allá del que le es dado por el manipulador particular de un álgebra de abuso’.[4]  De hecho, no obstante, había una realidad específica, aunque compleja y multifacética, a la que todos estos usos del ‘odioso nombre’ realmente correspondían.  Este era un movimiento dirigido por ministros de la iglesia que por más de un siglo fue aglutinado, y recibió un sentido de identidad demasiado profundo como para ser destruido por diferencias de juicio en cuestiones de forma de gobierno eclesiástico y política, mediante tres cosas.  La primera era un conjunto de convicciones compartidas, bíblicas y calvinistas en carácter, acerca de la fe y práctica cristianas, por un lado, y por el otro acerca de la vida congregacional y el oficio pastoral.  La segunda era un sentido compartido de haber sido llamados a trabajar para la gloria de Dios en la Iglesia de Inglaterra mediante la eliminación de los elementos papistas del culto, de la prelatura de su gobierno, y de la irreligiosidad pagana de su membrecía, realizando así en ella el patrón neo-testamentario de una verdadera y auténtica vida de iglesia.[5]  La tercera era una literatura compartida, catéquica, evangelística y devocional, con un estilo homilético y un énfasis experiencial que eran del todo peculiar de ellos.  De los aproximadamente cien autores que la escribieron, William Perkins, que murió en 1602, fue el más formativo y Richard Baxter, cuya carrera como escritor devocional comenzó con su libro El reposo eterno de los santos en 1650, fue el más distinguido.  Tal era el puritanismo que hemos de discutir.

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* Nota editorial: En esta publicación sólo se transcribe la definición del puritanismo.

** Nota del traductor: La referencia es al estado de cosas que se fijó con la ascensión de la reina Isabel I de Inglaterra al trono.  Después de que su hermano menor, Eduardo VI, comenzó a reformar la Iglesia de Inglaterra (ver Presbiterianismo en la primera reforma en Inglaterra), la cual el rey Enrique VIII separó de Roma pero dejó intacta en cuanto a su doctrina y práctica, la hermana mayor de Isabel, María Tudor (“la sangrienta”) revirtió dicha reforma, volvió a la doctrina y práctica medievales, y estuvo a punto de devolver la Iglesia de Inglaterra al papa.  A su muerte, asciende la reina Isabel I, con quien surge propiamente el anglicanismo.  Isabel adoptó una postura “intermedia” que, si bien aceptó una porción significativa de doctrina protestante (en sentido amplio, incluyendo al arminianismo), conservó muchos elementos “papistas” o romanistas, sobre todo en la práctica, además de que promovía un cristianismo meramente nominal y estéril.    Como es de imaginarse, los reformadores calvinistas (como género, dentro del cual había varias especies) veían a la Iglesia Anglicana como una iglesia que aún no era propiamente reformada y que debía reformarse.  No obstante, como era una iglesia de estado, la búsqueda de la reforma tenía también implicaciones políticas

[1] Ver las citas en Basil Hall, ‘Puritanism: the Problem of Definition,’ Studies in Church History II, ed E. J. Cuming (Nelson: London 1965), pp 288ss.

*** Nota del traductor: Las categorías de “conformista” y “no-conformista” se refieren a la posición adoptada con respecto a la ley de uniformidad de culto que hacía obligatoria (de manera inflexible) la doctrina y práctica anglicanas.  Quienes se había conformado a dicha norma, fueron llamados “conformistas.”  Había no obstante, quienes se habían conformado externamente, en aras de la paz y unidad de la Iglesia visible, pero que seguían buscando una reforma de la Iglesia Anglicana desde su interior.  Los “no-conformistas” eran quienes no se habían conformado a la norma.  Los primeros peregrinos ingleses en establecerse, a principios del S. XVII, en el norte de América (lo que llegó a llamarse Nueva Inglaterra) eran puritanos no-conformistas (congregacionalistas) que perdieron la esperanza de reformar la Iglesia Anglicana y por lo tanto se separaron de ella por completo, viéndose obligados a dejar Inglaterra.

[2] La descripción de los puritanos como ‘calvinistas rígidos’ apareció impresa primero en M Antonius de Dominis, The Cause of his Return, out of England (Roma, 1623), p. 31.  La ecuación es ya hecha, no obstante, en un documento privado redactado por John Overall, Profesor Regio de Divinidades en Cambridge, entre 1610 y 1619, en el que Overall contrasta las principales creencias de ‘los remonstrantes o arminianos, y los contra-remonstrantes o puritanos’; ver H. C. Porter, Reformation and Reaction in Tudor Cambridge, 1958), p. 410.  William Perkins, el teólogo puritano dominante durante las últimas dos décadas del reinado de Isabel, y a quien casi todos si no todos le pegaban la etiqueta de ‘puritano’ por otras causas durante ese periodo, mantuvo de hecho lo que De Dominis llamaría un calvinismo rígido: ver Porter, op cit, Cap. XII.

[3] Ver C. Hill, Society and Puritanism in Pre-Revolutionary England (Mercury Books: London, 1966), pp. 20-28, especialmente el extracto de Lucy Hutchinson’s Memoirs of the Life of Colonel Hutchinson en la p. 27.

[4] C. H. And K. George, The Protestant Mind of the English Reformation 1570-1640 (Princeton University Press: Princeton, 1961), p. 6; cf pp. 379-410.

[5] Cf., el comentario en G. F. Nuttal, Visible Saints: The Congregational Way, 1640-1660 (Basil Blackwell: Oxford, 1957), p. 3, sobre los primeros congregacionalistas: ‘Subyacente a la preocupación aparentemente desproporcionada con las formas de gobierno estaba, no obstante, un deseo apasionado por recuperar la vida interior del cristianismo del Nuevo Testamento, lo cual, parecía razonable creer, se vestiría y se expresaría en formas tales como aquellas en las que había aparecido por vez primera.’  B. R. White mostró convincentemente en The English Separatist Tradition (Oxford University Press: Oxford, 1971) que el Separatismo en Inglaterra creció del almacen de ideas puritano sobre el patrón nuevo-testamentario de la vida congregacional, y no le debía nada decisivo a la reforma anabautista; por lo tanto justificaba otra afirmación del Dr. Nuttal en The Holy Spirit in Puritan Faith and Experience (Basil Blackwell: Oxford, 1946), p. 9: ‘dar su último paso de separatismo dejó intacta la mayor parte de esas ideas e ideales que todavía, hasta ahora, tienen en común con los puritanos más conservadores de donde vinieron.  En este sentido más amplio el puritanismo debe considerarse que incluye al separatismo’—aunque los separatistas no eran llamados puritanos en ese tiempo.

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Ver también: ¿Cómo eran los puritanos originales?Las esposas de Juan KnoxInfluencia del calvinismo y del puritanismo en el pensamiento político de las colonias británicas en el norte de América (siglos XVII y XVIII)La fe de los estatistasOrígenes jesuitas y pentecostales del dispensacionalismoLa enseñanza bíblica sobre la adoración pública del Dios verdadero (video-conferencia)Sobre la visión puritana del día domingoBrevísima nota biográfica sobre Jonathan EdwardsNulidad de los oficios eclesiásticos no prescritos en la BibliaPresbiterianismo en la primera reforma en InglaterraAnthony Burgess sobre la ley natural (Romanos 2:14-15)Calvino sobre la ley natural y contra el teonomismoCalvino sobre la ley natural (conocimiento innato de las semillas de equidad y justicia) para el gobierno del estado y el orden socialLa doctrina de luz de la naturaleza en el libro “La ley divina para el gobierno eclesiástico”Vestíos del Señor Jesucristo (Romanos 13:14)La luz de la naturaleza es insuficiente para prescribir el culto (texto en imagen JPG)Samuel Rutherford (1600-1661) erudito, pastor, teólogo, pactante y comisionado escocés a la Asamblea de WestminsterLos puritanos del S. XVII y las ciencias, la cultura, y la educaciónPretender adorar a Dios en cualquier forma no prescrita por Él es superstición e idolatríaEl 2º mandamiento prohibe las imágenes (aunque sean sólo para fines didácticos y de ornamento) — “Catecismo de Heidelberg” y comentario de UrsinoBrevísima nota biográfica de Zacarías Ursino, coautor del Catecismo de HeidelbergSermón temático: Soli Deo gloria (audio)La ley natural en el libro “Lex, rex” de Samuel RutherfordLa espiritualidad de la verdadera adoración en el Nuevo TestamentoOrigen tardío de la doctrina de la transubstanciación, y temprana oposición a la mismaSobre la liturgia ginebrina de Juan Calvino para la celebración de la Cena del SeñorLa Cena del SeñorOración por toda la Iglesia de Cristo (usada por la congregación angloparlante en Ginebra, en tiempos de Calvino y Knox).

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Traducción y notas: Alejandro Moreno Morrison.

James I. Packer, de origen inglés y nacionalidad canadiense, es un teólogo y ministro anglicano (del ala evangélica y reformada de la Iglesia Anglicana).  Fue educado en la Universidad de Oxford (B.A., M.A., y D.Phil.), y dio clases en varias instituciones cristianas de educación superior en Inglaterra.  Desde 1979 ha sido profesor de teología sistemática y teología histórica en Regent College, University of British Columbia.  Es autor de numerosos libros cristianos.

La doctrina de la luz de la naturaleza en el libro «La ley divina para el gobierno eclesiástico»

Por varios teólogos de la Asamblea de Westminster.

Introducción, selección y traducción por Alejandro Moreno Morrison.
Introducción

El libro Ius divinum regiminis ecclesiastici  (La ley divina para el gobierno de la Iglesia) fue escrito ca. 1646 por “varios ministros de Cristo en la ciudad de Londres,” que conformaban la mayoría presbiteriana en la Asamblea de Westminster.  Su propósito es demostrar que la forma presbiteriana de gobierno de la Iglesia es el único régimen de origen y designio divino.  Fue escrito en el contexto de una polémica cordial pero franca contra el congregacionalismo, el episcopalianismo  y el erastianismo que unos pocos miembros de la Asamblea de Westminster sostenían.  El capítulo 3 (pp. 10-12) versa sobre las maneras en que algo puede decirse que es por ley o institución (ius) divina, y enlista cinco maneras en orden ascendente de importancia.  La primera es “la luz de la naturaleza.”  La Asamblea de Westminster (no sólo la mayoría presbiteriana sino todos sus miembros) sostenía que también en la “ley natural,” la “ley escrita en los corazones” (Rom. 2:14-15), el Señor ha revelado a la humanidad en general algo de Su ley y sabiduría eternas para el orden y gobierno de los estados y de la Iglesia.

En los fragmentos que siguen he traducido consistentemente la palabra latina ius como ley para evitar la confusión a la que en la era moderna se presta la palabra «derecho,» que puede interpretarse en el sentido de algo a lo que alguien es acreedor.  En la obra citada la palabra ius es usada en el sentido de sistema normativo vinculativo (obligatorio).

Los siguientes fragmentos están tomados de dicho Capítulo 3 del libro referido.

La doctrina de la luz de la naturaleza en IUS DIVINUM (carátula)

De la naturaleza de una LEY DIVINA en particular.  De cuántas manera algo puede ser por LEY DIVINA.  Y primero, de una LEY DIVINA por la luz de la naturaleza.

Una cosa puede decirse que es por ley divina, o… por institución divina, de diversas maneras: 1. Por la verdadera luz de la naturaleza

I. Por la luz de la naturaleza.  Aquello que es evidente mediante, y consonante con la verdadera luz de la naturaleza, o la razón natural, ha de ser considerado como ley divina en asuntos de religión.  Por lo tanto, dos cosas deben discernirse de la Escritura.  1. Lo que significa la verdadera luz de la naturaleza.  2. Cómo puede probarse que las cosas que en religión son evidentes mediante, o consonantes con esta verdadera luz de la naturaleza son por ley divina.

1. …  La luz de la naturaleza puede ser considerada de dos maneras.  1. Como estaba en el hombre antes de la caída…  2. Como es ahora tras la caída.  La luz de la naturaleza e imagen de Dios no están totalmente abolidas y arrasadas por la caída; quedan aún algunos restos y fragmentos de ellas, algunos destellos, auroras, y principios comunes de luz, tocantes a la piedad hacia Dios, a la equidad al hombre y a la sobriedad hacia uno mismo, etc., como es evidente comparando estos pasajes, Salmo 19; Hechos 14:17, y 17:27-28; Romanos 1:18-21, y 2:12, 14-15; 2 Corintios 5:1) es claro: 1. Que el libro de las criaturas puede (sin las Escrituras, o la revelación divina) hacer conocer al hombre mucho de Dios, su deidad invisible y atributos… tanto como para dejarlos sin excusa…  2. Que queda tanta luz en las mentes aun de los paganos, como para hacerlos capaces de instrucción mediante la criatura en las cosas invisibles de Dios; sí, y que realmente en alguna medida conocieron a Dios, y porque no anduvieron conforme a este conocimiento fueron castigados (Rom. 1:18-21, 24-32).  3. Que la obra de la ley (aunque no el correcto fundamento, la manera, y el fin de esa obra, que es la bendición del nuevo pacto (Jer. 31:33; Heb. 8:10) fue escrita en alguna medida en sus corazones.  En parte porque hacían por naturaleza sin la ley las cosas contenidas en la ley, siendo así una ley para sí mismos (Rom. 2:14-15); en parte, porque por naturaleza resistieron algunos de esos pecados que fueron prohibidos en la ley, y fueron practicados por algunos que tenían la ley (2 Cor. 5:1); y en parte, porque conforme al bien y mal que hicieron, sus conciencias los acusaron o excusaron, Romanos 2:15.  Ahora bien, la conciencia no acusa o excusa sino conforme a una regla, principio, o ley de Dios (que está por encima de la conciencia), o al menos que se suponga que es así.  Y no tenían ley sino los caracteres imperfectos de la misma en sus corazones, que no fueron del todo borradas por la caída.  Ahora bien, en la medida en que esta luz de la naturaleza después de la caída es un verdadero remanente de la luz de la naturaleza antes de la caída, lo que sea conforme con esta luz puede ser contado como de derecho divino en asuntos de religión…

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…  Dios mismo es la Fuente y Autor de la verdadera luz de la naturaleza; por lo que algunos no inapropiadamente la llaman la divina luz de la naturaleza, no sólo porque tiene a Dios por su objeto, sino también porque Dios es su principio; ahora bien, lo que es conforme a la manifestación de Dios necesariamente tiene que ser por ley divina.

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Textos en formato PowerPoint: IUS DIVINUM. Luz de la naturaleza.

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Ver también: Anthony Burgess sobre la ley natural (Romanos 2:14-15); Calvino sobre la ley natural (conocimiento innato de las semillas de equidad y justicia) para el gobierno del estado y el orden social; Calvino sobre la ley natural y contra el teonomismo; La ley de la naturaleza en la tradición agustiniano-reformada (album de imagenes jpg)Influencia del calvinismo y del puritanismo en el pensamiento político de las colonias británicas en el norte de América (siglos XVII y XVIII)Los puritanos del S. XVII y las ciencias, la cultura, y la educaciónLa ley natural en el libro “Lex, rex” de Samuel Rutherford.

Citas (románticas) con no cristianos

Por Francis A. Schaeffer.

Tomado de Lane T. Dennis, ed., Letters of Francis A. Schaeffer.  Spiritual Reality in the Personal Christian Life (Wheaton: Crossway, 1986), pp. 179-180.

Carta a un ex-alumno de L’Abri[1] y nuevo creyente respecto de su relación con su novia cristiana, y acerca de si los cristianos pueden salir/andar románticamente[2] con no cristianos.

Diciembre 1957.

Chalet les Mélèzes.  Huémoz sur Ollon, Suiza.

Estimado Jim:

Gracias por tu larga carta.  Fue un gozo para la Sra. Schaeffer y para mí y para todos nosotros recibirla.  Cuán agradecidos estamos de saber que estás progresando espiritualmente, y de saber que encontraste al Señor aquí en L’Abri.  Nos regocijamos de oír de ti después de tantos meses y de oír cuán maravillosamente has continuado con el Señor recientemente.  Estaremos pensando acerca de Cynthia y de ti y estaremos orando por ambos, que el Señor les muestre claramente lo que él quiere que su relación sea.  Vayan lentamente hasta que estén muy seguros, y Jim, ten cuidado de que ambos acudan al Señor por Su fuerza para no permitir que lo físico los presione a ir más rápidamente de lo que el Señor quiere.  Puedes estar seguro de que si quieres la voluntad del Señor respecto de Cynthia, el Señor te lo dejará claro.

En cuanto a la pregunta sobre andar o salir con [dating] no cristianos, diré lo siguiente: depende del por qué una persona está saliendo con un no cristiano.  Siento que siempre está mal salir [to date] con no cristianos con cualquier posibilidad en mente de casarse con ellos.  Debes recordar que la Biblia dice claramente que no debemos casarnos con no cristianos.  Y siendo realistas, uno debe reconocer que nos casamos con quien conocemos, y con quien andamos.  Y en algún punto, si andamos con alguien regularmente y disfrutamos su compañía, comienzan las atracciones físicas y éstas pueden ser muy poderosas.  Por otro lado, si un cristiano ocasionalmente saca a pasear a una no cristiana, y no se limita a la conversación casual, sino que usa el tiempo para sentarse en algún lugar para hablar directamente acerca de las cosas del Señor, eso podría algo diferente.

Mucho depende de lo que quieras decir con “andar” o “salir” [date].  Con toda seguridad en tal caso no se tomarían de la mano o nada de ese tipo, sino solamente una amistad de tipo conversacional serio—con el cristiano habiendo predeterminado que no habrá nada más.

Espero que esto les sea de alguna ayuda.  No creo que sea el tipo de cosa sobre la que puedes hacer una regla absoluta.  El individuo debe determinar por qué está haciendo esto y lo que realmente está haciendo, delante del Señor.

Nos dará muscho gusto saber de cómo te fue en la reunión de InterVarsity en Urbana.  Y alabamos al señor por lo que escribiste acerca de tu madre.  Si ves a Ed Phillips dale nuestros saludos.  Todos te enviamos nuestro amor en el Señor.

Francis. A. Schaeffer.

[1] La referencia es a L’Abri Fellowship, un centro de estudio bíblico y pensamiento cristiano fundado en 1955 por Francis y Edith Schaeffer en los Alpes Suizos.  Ahí la familia Schaeffer recibía a viajeros (mayormente jóvenes) que querían discutir intelectualmente el cristianismo.  Ver http://www.labri.org/

[2] Nota del traductor: La palabra usada en el original inglés es date, verbo que puede usarse para lo que en español llamamos noviazgo (formal) pero que también puede referirse a la mera acción (informal) de “salir” o “andar” con alguien del sexo opuesto con motivaciones o intenciones románticas y/o sexuales.

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Ver también: “…y para vuestros hijos”Contraste entre los linajes de Caín (simiente de la serpiente) y de Set (simiente de la mujer)Aborto: La esclavitud de nuestra generaciónLas esposas de Juan KnoxVistámonos con la armadura de luz (Romanos 13:12)Vestíos del Señor Jesucristo (Romanos 13:14).

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Traducción: Alejandro Moreno Morrison

El Rev. Dr. Francis A. Schaeffer (1912-1984), de nacionalidad estadounidense, fue un misionero y pensador cristiano de mediados del S. XX, cuyo principal ministerio se desarrolló en Suiza.  Proveniente de un hogar no cristiano, Schaeffer se convirtió en su adolescencia.  Fue educado en Hampden-Sydney College, de donde se graduó magna cum laude, en Westminster Theological Seminary, donde estudió con Cornelius Van Til y con Gresham Machen, y en Faith Theological Seminary.  Pastoreó iglesias presbiterianas en Pennsylvania y en Missouri.  En 1948 se mudó con su familia a Suiza como misionero, y en 1955 estableció, junto con su esposa Edith, L’Abri.  Recibió varios grados académicos honoríficos, incluyendo tres doctorados (en divinidades, en letras, y en derecho).  Escribió 22 libros, varios de ellos traducidos al español.

Paralelismo o recapitulación en las visiones apocalípticas de Daniel (gráfico)

G. I. Williamson, A Study of Biblical Eschatology (Inheritance Publications, 2015), p. 15. 

WILLIAMSON Paralelismo en las visiones de Daniel (imagen)

PDF: WILLIAMSON, G. I. Paralelismo o recapitulación en las visiones apocalípticas de Daniel.

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Ver también: Introducción al Apocalipsis, 1ª parte (audio); Introducción al Apocalipsis, 4ª parte (audio); Introducción al Apocalipsis, 5ª parte (audio); Para entender el Apocalipsis, conferencia en dos partes (audios); La perfecta confiabilidad de Dios y de Su PalabraExaltación y entronización del Señor JesucristoLa profecía de Noé (Gen. 9:25-27) y su cumplimiento en el Nuevo TestamentoLa extensión del territorio del reino del Mesías (Salmo 72:8-11)El comienzo de los postreros días en PentecostésLa historia de la redención: Del protoevangelio al reinado universal del MesíasEste mundo está lleno del poder redentor de DiosEl reino del Mesías y Su IglesiaOrigen de la expresión bíblica “postreros días” o “últimos tiempos” (eschaton)Elección del reemplazo de Judas (Hechos 1:15-26)La proclamación del reino en los evangelios sinópticos (incluyendo el significado de las parábolas del reino en Mateo 13 y Marcos 4)Orígenes jesuitas y pentecostales del dispensacionalismoAmplicación en el Nuevo Testamento de la noción judía del Reino de Dios y de Jerusalén como su sedeDos acercamientos al estudio de la Biblia: teología sistemática y teología bíblica (con análisis literario)La profecía de las setenta “semanas” (Daniel 9:20-27)Las dos preguntas de los discípulos respecto de la destrucción de Jerusalén (Mateo 24)Jerusalén: Lugar del fin de la antigua eraSerie de sermones de Hechos 1:1 al 2:41 (audios)Cómputo de los 70 septenos (“sietes” o “semanas”) de la profecía de Daniel 9:20-27; Apocalipsis 9:13-21 (La sexta trompeta): Sugerencias para reflexionar y aplicar a nuestras vidasAntiguo y Nuevo Testamentos: ¿Diferentes fotos o una misma película?

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Traducción: Alejandro Moreno Morrison.

El Rev. Gerald Irving Williamson es un ministro y téologo reformado estadounidense, fue educado en Drake University (Des Moines, Iowa), y en el Seminario Teológico de Pittsburgh.  Ha sido ministro de congregaciones en la antigua United Presbyterian Church of North America, la Associate Reformed Presbyterian Church, la Reformed Presbyterian Church of North America, y la Orthodox Presbyterian Church.  Es autor de varios libros incluyendo La Confesión de fe de Westminster para clases de estudio (en español).